Las primeras hermanas Mary Ward llegaron a Rumanía desde Baviera a mediados del siglo XIX. Hasta la llegada del comunismo dirigían grandes escuelas para niñas en Bucarest, Brăila, Craiova y Turnu Severin.
Poco después de la instauración del régimen comunista estalinista en Rumanía, las hermanas de nacionalidad alemana y otras, así como las rumanas, fueron expulsadas, y algunas hermanas, en su mayoría rumanas, fueron encarceladas por negarse a entregar información confidencial a las autoridades.
A partir de 1984, con el apoyo del arzobispo de Bucarest, las jóvenes que buscaban la vida religiosa trabajaban «en la clandestinidad» en las parroquias y en las fábricas de vestimentas eclesiásticas.
Con la caída del comunismo en 1989, la CJ pudo construir una base sólida y el número de mujeres jóvenes que querían entrar en la CJ aumentó rápidamente. Esto ha permitido crear varias fundaciones y nuevas obras educativas, especialmente jardines de infancia. Además de la pastoral educativa, hay hermanas que trabajan en el ámbito de la sanidad, los proyectos sociales, la pastoral y la proyección espiritual. Hay hermanas rumanas en misión en Italia, Austria, Cuba y España.
El 1 de enero de 2021 se creó la Provincia de Europa Latina (LEP) como resultado de la fusión de la Provincia de Rumanía y la Provincia de Italia.
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